Tristeza Real

Quisiera que sólo fuera el título de una canción; pero no es así. Esta vez sí se trata de un asunto serio: mi madre, la mujer más buena del mundo, decidió que era hora de partir, y desde hace poco menos de año y medio, ya no está más con nosotros.Fue algo sorpresivo para mí, y sobre todo, he de confesar que me siento estafado por la vida, ella tenía sólo 61 años cuando falleció, con mucho aún por vivir, de acuerdo a los tiempos actuales. Pero no fue así, y hoy sólo tengo sus recuerdos.

Quisiera salir, gritar a los 4 vientos que aún no es tiempo, que por favor Dios recapacite y me la devuelva; pero sé que eso no va a pasar. Me siento enojado, frustrado, creo que la vida se portó de manera muy injusta con nosotros, hay gente a la que me encantaría ver ya bajo tierra, y siguen aquí, jodiendo la vida de los demás.

Otras veces, cuando me siento más tranquilo, pienso que quizá Dios quiere rodearse de personas buenas, y por eso decidió llevársela pronto. En esos momentos, le pido que sea como sea, que mi mamá esté, o vaya a estar, en un mejor lugar que este maldito mundo, y que si le tocó sufrir muchas cosas, que ahora o cuando sea el momento, se las compense con toda la justicia que le corresponda.

Nada me hace sentir mejor, eso es un hecho, y la mayoría del tiempo pienso que aún no era hora, que bien podía tener remedio si yo hubiera sabido qué hacer, o me hubiera movido de otro modo para atenderla. Desafortunadamente, todo queda en el vasto abismo de las posibilidades, y ya en el pasado, no puedo cambiar ni un ápice de los hechos.

No sé cómo hacer para sentirme mejor, pienso en ella, en cómo sucedió todo, el desenlace, y en lo bonito que sería si ella aún estuviera con nosotros. Me pregunto si acaso fue una ofensa que le hice, o le hicimos a Dios, o qué es lo que realmente está pasando.

No sé qué depare el futuro, al igual que el resto de las personas, no sé qué hay después de la muerte, o si hay algo siquiera; lo único que tengo es esta tristeza/rabia/impotencia, y el deseo de que ella esté mejor.

Donde quiera que estés, Doña Zonia… ¡GRACIAS POR HABERME DADO LA DICHA DE SER MI MADRE!

Deja un comentario

Esta web funciona gracias a WordPress.com.

Subir ↑